"Mente de tiburón"

Nací en el año 1975 y crecí entre profesores de educación física que competían por todo y contra todo. 

Y no lograba encajar en esas competencias. 

Crecí al interior de una familia que vivía pendiente de "el qué dirán" y siendo la menor de 3 hermanos (actualmente 57, 56 y 47 años de edad yo): ellos vivían desafiándome a competir para ganarles por cualquier motivo y con cualquier excusa.

Y no lograba encajar en "esa lógica".

Ejerciendo docencia por ahí por el año 2002 me encontré trabajando en un colegio de cerro en Viña del Mar y ante un profesor de educación física alta y estrictamente competitivo que organizaba eventos para cheerleading y -tras bambalinas- observaba a las niñitas compitiendo por el peinado más regio.

Y continuaba sin encajar ante el sistema.

En esa ocasión hice uso de la habilidad de desarrollar en NNA (niños, niñas, adolescentes) el pensamiento crítico constructivo y comencé a explicarles la diferencia entre competir y compartir. Lo ejemplificaba con los eslabones de una cadena: me subía sobre una silla y les mostraba una cadena cualquiera estirándola hasta cortarla. La unión hace la fuerza y la fuerza "puede" generar desunión -les decía- la fuerza genera poder y el poder "puede" lograr grandes cambios.

Tú siempre decides: de qué lado de la cadena estar.

Los humanos nacimos para compartir: apoyarnos, unirnos: como una cadena, pues no somos islas. 

Soltarnos o desprendernos, "puede" ser un peligro, un riesgo, un caos o una oportunidad SEGÚN TÚ criterio de formación.

Surgían largos e interesantes debates en torno al tema. Era entretenidísimo.

Yo no nací para ser una oveja negra. Yo no nací para ser una más del montón. Yo no nací para que me trataran como a un número, ni como a una letra. Yo nací para hacer uso de mi dignidad como persona. Nací para ser la oveja multicolores que alza la voz queriendo generar cambios profundos mis queridos alumnos -terminaba diciéndoles- y preciso de personas que quieran sumarse a mi propuesta para generar el cambio. 

REFLEXIÓN: El tiburón... impacta por presencia. El tiburón -aunque posee un esqueleto hecho de cartílagos- posee fuerza y gran maniobrabilidad ante su peso.

Le llamaremos "Mentalidad de tiburón", a esa forma de "PENSAR Y CREER" que tú puedes pertenecer a ese 5% de la población mundial que alcanza sus sueños, que trabaja por ellos, que es constante y consciente EQUILIBRADAMENTE de sus luces y sombras internas para alcanzar todo aquello que se propone aún con el miedo expectante ante lo novedoso: ese miedo que inyecta adrenalina y que moviliza neuronalmente al sistema nervioso central y al sistema cardíaco al unísono.

Le llamaremos "Mente de tiburón" a esa capacidad de realizar introspección profunda para rendirse, admitir, aceptar, apoyar, apañar, desafiar, afrontar...eso que nos hace amarnos TAL CUAL SOMOS.

TE OFRECEMOS: Coaching personalizado.

a) Trabajo profundo con creencias, convicciones, patrones, sentimientos y percepciones que inconsciente y subconscientemente te limitan: ADIÓS a tantos: no puedo, no sé, me cuesta, es difícil, me rindo.

b) Trabajo profundo con tú ADN desde la liberación del sentir emocional que atasca a tú genética inconsciente y subconscientemente con afán de "romper tú techo de cristal" para ir por más. 

c) Alivio, bienestar y reprogramación mental al término de cada sesión.

INVERSIÓN: 4 sesiones de 60 minutos cada una por $444.000 CLP   

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